miércoles, 24 de junio de 2015

La Predicación

La predicación es divina-humana. Esta viene de Dios, a través de los hombres o mujeres,
para hombres y mujeres. Esta dicotomía divina-humana se descubre a lo largo de toda
la historia bíblica. Dios por medio de instrumentos humanos entró y entra en diálogo con
sus criaturas racionales.

Por ejemplo, los diez mandamientos fueron divinos en su procedencia y contenido, pero
por intermedio de Moisés  elemento humano) llegan al pueblo. El ministerio
sacerdotal es otra ilustración de esta gran verdad bíblica. El sumo sacerdote se constituía
en el gran representante de los hombres ante Dios y de Dios ante los hombres. En el idioma
latín sacerdote se lee “pontifex”, cuyo significado es constructor de puentes. El sacerdote
tenía como función servir de puente entre Dios y los hombres. En nuestro Señor Jesucristo
tenemos el verdadero “pontifex” o “sumo sacerdote” (Hebreos 2:17; 3:1; 4:4; 6:20;
7:25; 9:11). Por medio de su sacrificio nos ha llevado a justas relaciones con Dios (Romanos
5:1). El escritor a los hebreos dice: “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre
Dios y los hombres, Jesucristo hombre” (1 Timoteo 2:5).

En la persona de Jesucristo se descubre una vez más este principio divino-humano.
Aun su propio nombre compuesto: Jesucristo integra su misión terrenal (Jesús-Salvador)
con su misión divina (Cristo-Ungido-Mesías). El apóstol Juan declara: “En el principio
(eternidad) era el Verbo (griego, Logos), y el Verbo (Logos) era Dios (griego, Theos)” (Juan
1:1). Aquí se resaltan tres verdades escatológicas: Primero, la eternidad del Logos, “En el
principio era el Verbo”. Segundo, la comunión y relación divina, “y el Verbo era con Dios”.
Tercero, la naturaleza divina y deidad, “y el Verbo era Dios”.

Luego en Juan 1:14 leemos: “Y aquel Verbo (Logos) fue hecho carne, y habitó entre nosotros
(y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad”.
En Jesucristo se une el Theos (Dios) con el anthropos (hombre). Dios por medio de Jesucristo
se hace tangible y visible al ser humano.

El término Logos significa: verbo, palabra y pensamiento. Jesucristo es la Palabra de
Dios hecha carne. El Padre por intermedio del Hijo se comunica y entra en relación con el
mundo.

La Biblia, la Palabra de Dios escrita para todos, es divina-humana. Dios la inspiró, pero
hombres divinamente escogidos la escribieron usando su propio estilo literario (2 Timoteo
3:16).

 Por lo tanto es de esperarse que la predicación sea divina-humana. El Dios
que con voz audible habló a Adán, Eva, Caín, Noé, Abraham y a otros personajes bíblicos,
todavía continúa hablando por medio de la predicación.

No hay comentarios: