Nada puede ser más importante en esta vida que el saber que es lo que se debe de hacer para ser salvo de la condenación eterna. Después de morir no te importara cuanto obtuviste en esta vida, sino donde pasaras la eternidad. Mientras estas vivo, puedes buscar la salvación que Dios te ofrece, pero después de muerto ya no habrá oportunidad para buscar el perdón de Dios, por eso es ahora que debes de asegurarte del perdón de Dios.
Pero ¿Qué debes de hacer para ser salvo de esta condenación eterna?
RECONOCE QUE ERES UN TERRIBLE PECADOR
Reconoce que has pecado contra Dios antes que con tus semejantes. La biblia dice: ―Reconoce, pues, tu maldad, porque contra Jehová tu Dios has prevaricado, y fornicaste con los extraños debajo de todo árbol frondoso, y no oíste mi voz, dice Jehová‖ (Jeremías 3:13).
Aquel que ha visto todos tus movimientos espera que reconozcas ahora mismo tus pecados. No puedes decir ―No soy pecador‖; porque estarías diciendo que eres perfecto. Si fuera cierto que no has pecado, usted es la primera persona perfecta que existe entre los humanos y deseo tener el privilegio de conocerlo para leer no solo la vida de Jesús en la biblia sino leer también tu vida y aprender de ti.
Si eres un pecador mas como todos los demás, entonces solo debes reconocer que eres lamentable delante de Dios. La biblia dice: ―No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno" (Romanos 3:12).
El pecado consiste en hacer lo que está mal, tanto como no hacer lo que está bien. Es quebrantar también la Ley de Dios (1 Juan 3:4). Es desobediencia. El pecado ofende infinitamente a Dios porque son sus leyes santas las cuales reflejan su carácter las que tú y yo hemos profanado mirando al cielo.
Dios esta diciendo: ―Reconoce, pues, tu maldad‖. Dios quiere que reconozcas que en lo profundo de tu corazón eres un enemigo que está en rebeldía activa y continua contra El. Los hombres ―…pusieron su corazón como diamante, para no oír la ley ni las palabras que Jehová de los ejércitos enviaba por su Espíritu‖ (Zacarías 7:12).
Todos hemos pisoteado los mandamientos de Dios; pero no todos reconocen sus pecados. No esperemos que otros reconozcan sus pecados para hacerlo nosotros.
Dios espera que los hombres reconozcan que han sido vencidos por el pecado y que reconozcan por ello que son ―hijos de desobediencia‖ (Efesios 2:2), ―hijos del infierno‖ (Mateo 23:15), ―hijos del diablo‖ (1 Juan 3:10), ―enemigos de Dios‖ (Éxodo 15:6), ―generación perversa‖ (Deuteronomio 32:5), ―sepulcros blanqueados‖ (Mateo 23:27), ―lobos‖ (Mateo 7:15), ‖desventurados, pobres, ciegos y desnudos‖ (Apocalipsis 3:17).
¡Reconoce que eres un pecador!
El apóstol Pablo dice que ―Todos pecaron‖ (Romanos 3:23) y tu no eres la excepción. El apóstol Juan dice que ―Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros‖ (1 Juan 1:8). En el libro de Isaías se dice: ―Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento‖ (Isaías 64:6).
¡Oh amigo! ¡Eres hostil contra Dios a toda hora! ¡Escupes su rostro y eres un anticristo espiritual que ha vivido enemistado contra Dios infinitamente al desobedecerlo todo el tiempo. Si todos tus vecinos y amigos pudieran ver en una gran pantalla todo lo que has hecho solamente en esta semana, estarías muy avergonzado. ¡Dios ha visto toda tu vida!
¡Que abominables y detestables somos ante los ojos de Dios! ¡Tus pecados y los míos son nuestra ruina y miseria!
No justifiques tus pecados cuando Dios los condena, no los ames cuando Dios los aborrece. Dios está en todo lugar y nada está oculto a sus ojos. Cada pecado cometido es visto por Dios hasta en los más mínimos detalles, dimensiones y colores, aun los pecados mas escondidos. Todo pecado que cometiste no ha pasado sin dejar huella, hasta tus pensamientos y malas intenciones han quedado descubiertas ante aquel que lo escudriña todo. Así como ―Vuestros cabellos están todos contados‖ (Mateo 10:30) vuestros pecados también lo están. ¡El Señor dice ―Tengo en memoria toda su maldad!‖ (Oseas 7:2).
Spurgeon tenía razón cuando decía del pecador que no ha puesto su fe en Cristo como alguien: ―espiritualmente leproso, sucio, desnudo, ni apto para vivir, ni apto para morir tampoco‖.
El pecado hace que nuestras vidas huelan mal y que nuestro corazón este tan oscuro como el infierno.
Sabes que mentiste aun sabiendo que no debías hacerlo. ―En las mentiras también están incluidas las exageraciones. El hecho de permanecer en silencio para recibir crédito falso por algún logro de otra persona es también una mentira. Un sutil cambio de tono, una inflexión o cualquier expresión puede ser tan desorientadora y falta de veracidad como la mentira más osada‖ (Ray Confort).
Tu corazón como el de todos ha sido envidioso. Has deshonrado a tus padres, les has levantado la voz. Algunos hasta han golpeado a los que anuncian el evangelio de Cristo. Hay quienes han hecho abortar a la mujer en cinta. Has tenido dioses ajenos. Tus ídolos fueron los personajes de la televisión, de la música, de los deportes, etc. Hay personas necesitadas y tú gastas el dinero en cosas sin importancia. Las pocas veces que das una ayuda es solo para calmar tu conciencia o por miedo al infierno; pero casi nada
o nada haces por amor. Has tomado el nombre de Dios en vano y como si fuera poco has blasfemado su nombre y luchas contra El. ¿Por qué Dios debería amarte? Sin embargo te ama, y te ha sido paciente.
El menosprecio hacia tus padres y a tu prójimo no ha causado placer a Dios. ¡Jesús dijo que lo que se hace a las personas se lo hacen a Él! ¡Nadie puede por ninguna razón menospreciar a nadie porque todos hemos sido creados por Dios!. Has aborrecido y el que aborrece a su hermano es homicida (1Juan 3:15). ¿Homicida? Si eso lo dice la palabra de Dios. Has maltratado con tus palabras a los demás (Mateo 5:21-22). Tu garganta es un sepulcro abierto (Romanos 3: 13). Tus palabras sucias, malintencionadas y engañosas son la evidencia de ello. Has cometido adulterio (Mateo 5:28) mirando al cielo. Tus ojos vagabundos se han posado en la mujer de tu prójimo y eso te hace también un adultero. Has robado al no pagar impuestos, al dar monedas falsas y billetes falsos. Has consultado a los adivinos, el horóscopo, a los chamanes, a los curanderos, y todos los secuaces de satanás. No ayudaste a los pobres. La vida de otras personas te fue menos importante que el soplo del viento. La mayoría de las veces que ayudaste lo hiciste con el dinero o bienes de otros y solo para aquietar tu conciencia o por miedo al infierno, pero no por compasión. Has hecho soborno. Has practicado la fornicación, el adulterio y otras perversiones. Eres orgulloso, ¡Dios te ve de lejos!. Eres una persona, chismosa, calumniadora y problemática. Eres hipócrita mostrando lo que no eres. ¡Finges tener amor y tener otras virtudes, cuando en ti solo hay un corazón duro y materialista!
Tus pecados y los míos son numerosos. Son como la arena del mar. Ni tú ni yo podemos contarlos. Pero Dios si puede contarlos porque él tiene en memoria toda tu maldad y toda mi maldad. El Señor ha dicho: ―Tengo en memoria toda…maldad‖(Oseas 7:2) y esta airado contigo ―todos los días‖(Salmo 7:11).
Muchas personas decían de míque era un buen joven debido a que no iba a las fiestas, no tomaba bebidas alcohólicas, no me drogaba, no asesinaba y no hacia las cosas malas que otros hacían, pero delante de Dios no era ningún ángel. Para Dios, no es solo pecador el borracho, el asesino, o el drogadicto. Delante de Dios yo era un pecador desgraciado, un sepulcro blanqueado y una serpiente abominable. Mis pecados han sido innumerables, como los tuyos, pero también grandes, grandes en extremo porque contra Dios mismo hemos hecho lo malo. Yo he pecado contra mi conciencia, contra Dios y contra mi prójimo, pero lo reconocí humillado en el polvo y espero que tú hagas lo mismo.
¿Cuántos pecados tienes que cometer para que Dios te llame pecador? ¿crees que si mientes diez veces sonara una campana y Dios te llamara mentiroso? No. Eres un mentiroso por haberlo hecho una sola vez y eres pecador por ello.
¡ira la infinita profundidad de tus pecados, lo pesados que son, lo numerosos que son, lo grandes que son y reconócelos!
No tienes excusa
Dices: ―Dios endureció mi corazón como a Faraón para excusarte. Debo explicar que Dios endureció el corazón de Faraón por medio de los mandamientos y por los castigos que le dio. Los mismos castigos pudieron haberlo hecho reflexionar y dejar su rebelión; pero é no quiso obedecer a Dios y de esta manera es que las personas se endurecen. Cristo mismo es piedra de tropiezo; pero lo es para los que son rebeldes al evangelio. Dios no endurece al que se humilla ante El. Pues lo trae a sus pies a través de pruebas o castigos. No es siempre su método pero lo hace.
Dios no dominó milagrosamente la voluntad de Faraón, haciéndole ser un títere bajo control. Eso solo lo dicen los blasfemos.
El día de Pentecostés tres mil personas recibieron la palabra y se humillaron delante de Dios, pero poco después (Hechos 5:33) la misma palabra de Dios que era para vida endureció a otros: "Ellos, oyendo esto, se enfureció y querían matarlos". ¿puede darse cuenta que el hombre se endurece al oí la palabra de Dios y Dios los endurece cuando se enseña su palabra? ¿pero quién es el culpable? Solamente el que desobedece, nunca Dios. Una vez un amigo me dijo, ―Voy a hacerle amargar a fulano, si le digo que debe de estudiar‖ De hecho decir a alguien que necesite estudiar no es malo, pero las personas orgullosas se amargan y endurecen cuando se les dice que hagan ciertas cosas. De la misma manera Dios endureció a Faraón y a algunas personas todavía lo hace a través de su palabra y a través de milagros y justos castigos. En los días de la Gran tribulación, la biblia dice en el libro de apocalipsis que cuando Dios envió algunos juicios a la tierra, algunos pecadores ni aun con eso se arrepintieron. Esto muestra que Dios esperaba que se arrepintiesen en lugar de endurecerse. ¿tiene Dios la culpa de que con sus justos castigos la gente se endurezca? ¿tiene la culpa Dios cuando la gente oye su palabra y ellos se enfurecen? Claro que no, entonces no hay excusas.
Además quienes rechazan a Dios, por justicia, deben de ser entregados a un poder engañoso en el que satanás trabaja. Si leemos a Pablo, podemos sacar esta conclusión. ―Con toda perversidad engañará los que se pierden por haberse negado a amar la verdad y así ser salvos. Por eso Dios permite que, por el poder del engaño, crean en la mentira. Así será condenados todos los que no creyeron en la verdad sino que se deleitaron en el mal‖(2 Tesalonicenses 2:10-12, Nueva versión internacional).
Dios permite que espíritus de engaño hagan su obra en personas rebeldes (Véase 1 Reyes 22:23).
Dices: ―Mi corazón es engañoso por naturaleza‖ ¿á excusas? Déjeme decirle que tú decidiste engañarte. El corazón está compuesto por voluntad, mente y sentimientos. Tú decidiste engañarte queriendo creer lo malo como bueno y ahora te sientes perdido teniendo tantas confusiones; pero el culpable eres tú Si por naturaleza tu corazón te engaña entonces no habría necesidad de que satanás te engañe, pero es sabido que quien engaña es satanás y sus demonios.
Que el corazón sea muy fácil de engañar no significa literalmente que tu corazón por naturaleza sea engañoso. Muchos leemos en el libro de Jeremías y ponemos como excusa, ―Mi corazón es engañoso y nos olvidamos que un
corazón engañoso es el resultado de la propia voluntad. Santiago 1:26 declara: ―Si alguno se cree religioso, pero no pone freno a su lengua sino que engaña a su propio corazón, su religión es vana‖.
El corazón es fácil de engañar, es por eso que todos deben de ser vigilantes en su vida cristiana. Supongamos que un hombre se excusara ante los demás y les dijera: ―No puedo dejar de mentirles y dejar de insultarles porque mi corazón es engañoso, lo siento; pero es que así nací. ¿No sería un desvergonzado?
¡Si tal persona no tiene excusa tampoco tú!
Dices: ―Mi naturaleza es pecaminosa‖. Esa es otra excusa más. Tanto si tu naturaleza tiende al mal o no, eso no significa que tus pecados están justificados. Las leyes de Dios fueron dadas para que cierres tu boca (Romanos 3:19); pero tú la has abierto para dar excusas.
Recuérdese que en Romanos 2:14, ―los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley‖. Y esto no era malo. También leemos en 1 corintios 11:14 que ―La naturaleza misma ¿no os enseña que al varón le es deshonroso dejarse crecer el cabello?‖. Esto tampoco es malo, para Pablo al menos no era malo. Muchas cosas se pueden hacer según nuestra naturaleza y no son pecaminosas. Charles Finney dice: ―Los apetitos, las pasiones, los deseos, y las propensiones, no son pecaminosos, aunque son ocasiones para pecar‖.
La culpa del Pecado
Tus pecados son más graves debido al conocimiento que tienes de la voluntad de Dios. Los siguientes textos muestran esta verdad: ―¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque edificáis los sepulcros de los profetas, y adornáis los monumentos de los justos, y decís: Si hubiésemos vivido en los días de nuestros padres, no hubiéramos sido sus cómplices en la sangre de los profetas. Así que dais testimonio contra vosotros mismos, de que sois hijos de aquellos que mataron a los profetas. ¡Vosotros también llenad la medida de vuestros adres! ¡Serpientes, generación de víboras! ¿Cómo escaparéis de la condenación del infierno? Por tanto, he aquí yo os envío profetas y sabios y escribas; y de ellos, a unos mataréis y crucificaréis, y a otros azotaréis en vuestras sinagogas, y perseguiréis de ciudad en ciudad para que venga sobre vosotros toda la sangre justa que se ha derramado sobre la tierra, desde la sangre de Abel el justo hasta la sangre de Zacarías hijo de Berequías, a quien matasteis entre el templo y el altar. De cierto os digo que todo esto vendrá sobre esta generación‖ (Mateo 23:29-36).
De nada te sirve honrar a los profetas o siervos de Dios que sufrieron por la justicia, ni busques identificarte con ellos para tener buena reputación, si rechazas las enseñanzas santas de Cristo y los profetas.
Al rechazar a Cristo y la biblia tal como está, das testimonio contra ti y eres cómplice con el pecado de otros teniendo el conocimiento de que no debes hacer lo malo. Eres más culpable por esto.
"Los hombres hacen propia la culpabilidad de los siglos pasados, reproducen sus atrocidades, se identifican con ella; y así es que lo que parece al principio un decreto arbitrario, el visitar sobre los hijos los pecados de los padres, viene a ser en semejantes casos un juicio recto. Si se arrepienten cortan el terrible vínculo de pecado y castigo; pero si se endurecen en su mal, heredan el castigo aplazado de los pecados de su padres a la vez que el suyo propio" (Plump).
―Aquel siervo que conociendo la voluntad de su señor, no se preparó, ni hizo conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes. Mas el que sin conocerla hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco; porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará; y al que mucho se le haya confiado, más se le pedirá‖ (Lucas 12:47-48).
Si eres de las personas que leen la biblia todos los días y no la obedeces te vuelves mas culpable. Y si no la lees sabiendo que debes de leerla para conocer la voluntad de Dios y su salvación te vuelves más culpable.
Tus pecados son más graves debido a los eventos que suceden.
Los sufrimientos, las pruebas, enfermedades y las desilusiones son los llamados de Dios a tu vida para que reflexiones. Sin embargo te endureces y amargas sin rendirte a Cristo. ¿Para hacer lo malo te vuelves valiente? Esto te hace más culpable.
La salud, riqueza, y educación deben llevarte a amar a Dios. Pero eres desagradecido y persistes en pisotear las leyes de Dios. Esto te hace más culpable.
Los riesgos de muerte debieron haberte hecho reflexionar; sin embargo sigues pisoteando la ley de Cristo, esto te hace más culpable. ―Algunas veces permite que las vidas de los hombres pasen por grandes riesgos a fin de que se hallen a un paso de la muerte; como si en este movimiento de su providencia hubiera un clarinazo que les advirtiera que se aproxima su sentencia‖ (Charles Finney).
¿Qué mas esperas que Dios haga por ti? Dios no está obligado a hacer más por ti. Pero todavía te habla y te dice que hay perdón.
Si Dios te hablo en sueños del juicio venidero y te mostro algo de él para impedirte que peques y no consideras los esfuerzos de Dios para salvarte y vives como un loco por el pecado que da rienda suelta a sus apetitos carnales, te vuelves más culpable.
Charles Finney escribió sobre esto: ―Un ejemplo notable de un sueño en que se podía ver la mano del Señor fue relatado por el Pastor Edwards. Uno de sus vecinos, un hombre disoluto, soñó que iba a morir e iría al infierno. No voy a entrar en circunstancias de lo que según el sueño ocurrió allí. Basta con decir que en el sueño consiguió permiso para regresar durante un año a la tierra para ser probado, y se le dijo claramente que si no se reformaba, dentro de un año debería regresar al infierno. Al levantarse, y bajo la terrible impresión del sueño decidió ir a visitar a su pastor, Mr. Edwards, aquella misma mañana. Edwards le dijo: ―Éste es un solemne aviso de Dios para su alma. Usted debe hacercaso del aviso y abandonar sus pecados o su alma se perderá por toda la eternidad.‖ El hombre prometió solemnemente que lo haría. Al retirarse el hombre, Edwards escribió en su diario los pormenores de la conversación y naturalmente la fecha del suceso. El borracho reformó su conducta y todo fue bien durante un tiempo; asistió a la iglesia y parecía serio en su propósito, pero antes de poco volvió a las andadas: empezó otra vez a emborracharse. Un día, estando borracho, se cayó escaleras abajo en su tienda y se fracturó el cuello. Mrs. Edwards fue a consultar su diario y halló que hacía un año aquella misma noche que el hombre había tenido el sueño. Había sido emplazado y el momento de rendir cuentas había llegado. No hay duda de que en general los sueños están bajo el control de leyes psicológicas, y siguen, aunque con mucha irregularidad, el curso de nuestras fantasías despiertos, y por esta razón muchas personas no creen que la mano del Señor obre en ellos; con todo, esta opinión no es del todo legítima, pues Dios puede, sin duda, poner su mano sobre la mente que sueña así como sobre la mente despierta, y en muchos casos se muestra que lo ha hecho‖.
A menudo el Espíritu de Dios da a los pecadores una visión impresionante de lo corto del tiempo.
Charles Finney escribió: ―Les hace sentir que esta gran verdad se aplica con todo poder a ellos, que su propio tiempo es corto y que con toda probabilidad no tienen mucho más tiempo de vida‖. Pero ni siquiera esto consideraste, eso te hace más culpable.
A veces Dios produce la impresión de que el presente es la última oportunidad del pecador para asegurar su salvación.
Charles Finney escribió: ―No sé cuántos casos de éstos han sido observados por mí. Casos en que los pecadores han sentido profundamente que aquella es la última oferta de misericordia y los últimos esfuerzos que hace el Espíritu a su favor. Mi observación me ha enseñado en estos casos a esperar que el resultado comprobará que era un aviso, que no se trata sino de la voz de Dios, y que Dios no miente al hombre, sino que le enseña la verdad de modo solemne e impresionante. ¡Oh, cuánto le conviene al pecador escuchar y hacer caso de estos avisos a tiempo!‖
¿Es tu última oportunidad? ¿No será grave tu pecado si no haces caso a Dios siendo que te desea salvación en lugar de condenación?
Las oraciones, vidas rectas y lágrimas inconsideradas te hacen más culpable.
Has desobedecido a Dios sabiendo que hay personas que se preocupan por tu eternidad. Esto también te hace más culpable. ¿Por qué seguiste el pecado cuando tus amigos, esposa, hermanos te dijeron afectuosamente que abandones el pecado?
―Todos los medios que está usando para salvarte están obrando solo para mal para ti. Dios los usa para bien; pero tú te maldecirás a ti mismo por los mismos medios por los que Dios intenta bendecirte‖ (Charles Finney).
Ni los milagros que Dios hace en ti, en tu familia, en tus amigos y vecinos captaron tu atención.
―Ay de ti, Corazín! Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que han sido hechos en vosotras, tiempo ha que se hubieran arrepentido en cilicio y en ceniza. Por tanto os digo que en el día del juicio, será más tolerable el castigo para Tiro y para Sidón, que para vosotras. Y tú, Capernaúm, que eres levantada hasta el cielo, hasta el Hades serás abatida; porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que han sido hechos en ti, habría permanecido hasta el día de hoy. Por tanto os digo que en el día del juicio, será más tolerable el castigo para la tierra de Sodoma, que para ti‖ (Mateo 11:21-24).
Dios hizo todo lo posible para captar tu atención y atraerte a sus pies. ¿Cómo podrás excusarte en el día del juicio? Esto te hace más culpable que los habitantes de Tiro, Sidón y Gomorra.
El pecado es algo que se enseña por medio de la práctica y te hace más culpable.
Cuando una persona peca contra Dios es visto por otros y hace que imiten otros lo que haces. Eso te hace más culpable. Tu testimonio es malo y otros lo imitaran.
Has aprendido a pecar y de manera sagaz has aprendido a vivir sin culpa alguna.
Dios ha visto las formas de ayudarte a no pecar; pero tú has visto de muchas formas como podías pecar aun cuando había impedimentos. Te las ingeniaste para pecar, has visto la forma de manipular, mentir y tratar mal a los demás y conseguir egoístamente lo que tus apetitos deseaban satisfacer. Dios no se ha olvidado de todo esto. Pero no solo eso, sino que te sientes tranquilo cuando pisoteas la ley de Dios y te gustaría oír a algún predicador que justificase tus actos dándole interpretaciones a la biblia que se acomoden a tu carnalidad con el fin de no sentirte culpable.
¿Cómo puedes tener tanto pecado en tu corazón y no sentirte culpable?
Los esfuerzos del Dios bondadoso han sido tantos, ¡no se qué más se puede hacer por ti!
Tú puedes conocer la gravedad de tu pecado.
No en su totalidad, pero si puedes ver lo grave que es el pecado, lo suficiente para arrepentirte. En realidad eres peor pecador de lo que crees ser. Charles Finney dice: ―Ningún ser humano puede vivir al ver la dimensión real de sus pecados. En su misericordia Dios no permite a sus criaturas ver lo peor, el corazón desnudo del ser humano. La culpa del pecador es mucho mayor de lo que jamás pueda pensar, y su peligro mayor de lo que supone. Si los viera tal y como son, no sobreviviría ni un momento‖.
Cuando una persona permite que Dios lo examine (Salmo 139:23) poniendo la biblia frente a sus ojos, se puede dar cuenta de su verdadero carácter y lo espantoso que es el pecado.
Si Vieras la santidad de Dios y Él te viera gritarías: ―hay de mí que soy hombre muerto, porque he visto la santidad y la santidad ha visto pecado‖. Dios en su misericordia nos permite solo conocer su Santidad por la Revelación bíblica porque de otra manera podríamos morir. Dios permitió a algunos ver su Gloria Santa, pero siempre tuvieron pánico por haber visto la santidad de Dios. Ojala tengas la dicha de conocer la santidad de Dios de cualquier manera sin que tengas que morir y te arrepientas de todo tu pecado. Lee la biblia y reconoce que eres pecador de todo tu corazón.
Cada día que vives y respiras pecando sin arrepentirse añades castigo para ti. Romanos 2:5 dice: "Mas por causa de tu terquedad y de tu corazón no arrepentido, estás acumulando ira para ti en el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios".
RECONOCE QUE EL CASTIGO JUSTO POR TUS PECADOS ES EL CASTIGO ETERNO
El pecado te ha deslumbrado, pero no te ha mostrado las consecuencias. Charles Finney declaro: ―Ninguna pena menor que infinita puede ser una expresión adecuada del desagrado de Dios contra el pecado y de su decisión a resistirlo y castigarlo‖.
"Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda‖ (Apocalipsis 20:8).
El castigo eterno es terrible, pues Dios te dejara en vergüenza y estarás confundido perpetuamente (Daniel 12:2). Este lugar es un lago de fuego (Apocalipsis 19:20; 20:15). Estarás atormentado en llamas (Isaías 66:24). Este fuego nunca se apaga (Mateo 3:12; Marcos 9:43). Es un tormento eterno (Mateo 25:46). Estarás perdido (1Tesaloniocenses 1:9). Estarás excluido de la presencia de Dios (2 Tesalonicenses 1:9) sufriendo la pena eterna.
¡Oh amigo! ¡La paga por tu pecado es la desgracia sin fin!
Jonathan Edwards escribió: ―No habrá fin para esta aguda y horrible miseria. Cuando mires hacia delante, veras un largo para siempre, una duración infinita ante ti, la cual tragara tus pensamientos, y sorprenderá tu alma; y estarás absolutamente desesperado de no tener liberación‖.
¡Cuán horrible es nuestra culpa y cuan terrible nuestro castigo!
―El dios débil indulgente que se pasa el tiempo perdonando los mas groseros pecados sin que su justica intervenga jamás, es, en realidad, un ídolo. Es un dios falso, por aquellos que viven y se complacen en sus pecados, con un desconocimiento absoluto del Dios de la biblia. La escritura nos revela a Aquel que es a la vez Dios de amor y Dios de santidad. En su amor el Padre ha entregado a su hijo para salvarnos. Pero el que desprecia su amor, conocerá el fuego terrible de su justicia. Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo (Hebreos 10:26-31) La historia de la humanidad en general y la de Israel en particular, muestran como los juicios de Dios son terribles. Aquel que hirió a las generaciones del diluvio, de Sodoma, de Egipto, de Babilonia, de Jerusalén, no es desde luego el ―buen dios‖. Es simplemente, el Dios que ha tratado, con un amor y una paciencia incomprensibles, de salvar a todas sus criaturas, reservándose el derecho de dar cumplimiento un día a sus advertencias‖ (René Pache).
Y mis buenas obras ¿Qué de ellas? ¿No me pueden salvar de este terrible castigo?
No amigo, no te pueden salvar. Has hecho obras que ―son buenas‖ pero con malas motivaciones, por eso para Dios nuestras ―buenas obras‖ son obras malas.
Si fuesen todas tus obras puras y sin contaminación, tampoco podrías ser salvo, porque has pecado. Las buenas obras por muy santas y numerosas que fueren no quitan el pecado.
No te sirve de nada decir que has hecho más bien que mal. Lo que tienes que probar a Dios para ser salvo del castigo eterno es que nunca has pecado, ni siquiera una vez. Tienes que demostrar a Dios que eres perfecto y que has obedecido toda la ley hasta la última tilde. Solo cuando demuestres esto serás salvo por tus meritos.
De nada te sirve que seas el premio nobel de la paz, que hayas salvado la vida a diez mil personas o que hayas vendido todos tus bienes y se los hayas dado a los pobres. Tu pecado exige y grita al cielo pidiendo castigo, no importando si para ti es un pecadillo. Dios es el que dice que el castigo eterno es la paga justa por el pecado.
Si no estás recibiendo castigo eterno es porque Dios misericordiosamente ha postergado el día de la ejecución ¡nada más!. Desde el momento en que hemos pecado deberíamos de haber sido separados de la presencia de Dios recibiendo castigo eterno, pero en su misericordia Dios nos deja vivos. ―Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad‖ (Lamentaciones 3:22-23).
―El que en El cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios‖ (Juan 3:18).
¡Pero querido amigo hay buenas noticias!
JESUS CANCELÓ NUESTRAS DEUDAS EN LA CRUZ CUANDO MURIÓ EN NUESTRO LUGAR PARA QUE NO TENGAMOS QUE PAGARLAS Y RESUCITO AL TERCER DIA VICTORIOSO
¡Nuestro señor Jesús cancelo tus deudas! ¡Estas son buenas noticias! ¡Puedes ser salvo de la condenación eterna!
Todos los que creen en Jesucristo como su salvador (Juan 1:12; 3:16; 5:24; Hechos 16:31) llegan a ser salvos de recibir el castigo eterno. El creer en Jesús como el salvador no es meritorio pero es necesario para ser salvos de la condenación eterna. Ni el arrepentimiento ni la fe en Cristo son meritorios. Nada te gana la salvación del castigo eterno,
pero debes de arrepentirte y tener fe en el Cristo que pago tus pecados en la cruz.
Para ser salvos del castigo eterno no podemos hacer meritos. Podemos arrepentirnos y tener fe en Cristo, pero si pensamos que nos merecemos la salvación por esto, entonces no podemos ser salvos, la salvación es gratis. Solo la recibes por fe con un corazón arrepentido. Pero nada de esto es meritorio.
¿Qué significa creer en Cristo?
Creer en Jesús es confiar (reconociendo nuestra impotencia para salvarnos) en que El ha pagado la multa por nuestros pecados y ha practicado la obediencia para ponerla en nuestra cuenta.
Cuando crees en Cristo, Dios te imputa su justicia. En Romanos 5:12, 14, 18, 19 leemos: ―12 Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. 14 No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la transgresión de Adán, el cual es figura del que había de venir. 18 Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida. 19 Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos‖. (Vease también Romanos 4: 11).
―Por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos‖. Esta parte del texto que hemos citado nos dice que ―por la obediencia de uno‖, el cual es Cristo, ―los muchos‖, es decir los que creen en Cristo, serán constituidos justos.
La obediencia de Cristo, es decir su justicia, se nos acredita, se pone a nuestra cuenta cuando creemos en El. Cuando creemos en Cristo Dios nos declara justos por la obediencia de Cristo.
Juan Bunyan dijo: ―Un día, mientras paseaba por el campo, esta oración derribó mi alma. La justicia de Dios está en el cielo. Y me pareció, además, ver con los ojos de mi alma a Jesucristo a la diestra de Dios, en ese momento, dije: él fue mi justicia; así que donde quiera que yo esté o cualquier cosa que esté haciendo, Dios no puede decir de mí: «A él le falta mi justicia»; porque la justicia de Dios está siempre delante de mí. También vi, por otra parte, que no era la buena disposición de mi corazón la que determinaba que mi justicia fuera mejor, ni tampoco era mi mala disposición la que determinaba que mi justicia fuera peor, sino que mi justicia era el mismo Jesucristo, ―Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por los siglos‖ (Hebreos 13:8). Ahora sí se rompieron las cadenas de mis pies. Ahora sí fui liberado de mis aflicciones y grilletes; ahora sí desaparecieron mis tentaciones;…regreso a casa regocijándome en la gracia y el amor de Dios‖ (John Bunyan, Grace Abounding to the Chief of Sinners, [Hertfordshire: Evangelical Press, 1978, orig. 1666], pp. 90-91).
―Pero tengamos cuidado de que no perdamos la clara e inevitable implicación de este término. Si yo digo "Voy a los Estados Unidos de América del Norte", entonces necesariamente estoy indicando que yo dejé otro país para llegar allí. Venir a Cristo no involucra únicamente el abandono de todo objeto falso de confianza, también incluye el abandono de todos los demás competidores de nuestro corazón…En su libro "Ven y Bienvenido seas a Jesucristo", John Bunyan escribió: El "Venir a Cristo" está asistido con un honesto y sincero abandono de todo por El‖ (Arthur Pink).
La muerte de Jesús fue un sacrificio por nuestros pecados.
Antes de ser crucificado en la cruz Jesús sudo sangre. ―y se le apareció un ángel del cielo para fortalecerle. Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra…‖ (Lucas 22:43-44). Esta condición es conocida en la medicina como ―hematohidrosis‖ (sudor de sangre). Este fenómeno es muy raro, pero perfectamente documentado y que ocurre en condiciones excepcionales. El Dr. Le Bec escribe: ―Es un agotamiento físico,…consecuencia de una emoción profunda, de un miedo atroz‖ (Le supplice de la Croix, Paris, 1925).
El pagó por nuestros pecados, recibiendo nuestro castigo para que nosotros no tuviéramos que pagarlos. ―Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados‖ (Isaías 53:5).
Jesús llevo nuestros pecados en su cuerpo (1 Pedro 2:24) sufriendo la fatal condena por nosotros. El fue azotado y crucificado (Mateo 27:26), fue desfigurado su rostro (Isaías 52:14).
El azote con el que le flagelaron fue el horrible flagellum taxillatum, compuesto básicamente de un bastón con tiras de cuero. Cada punta de cada tira se encontraba llena de pedazos de hueso y de plomo.
Jesucristo no solo fue castigado duramente, sino que El Padre lo desamparo. "Y desde la hora sexta hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena. Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Eli, Eli, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?" (Mateo 27:45-46).
Era como si Dios el Padre rechazaba a Dios el Hijo. Dios El Padre castigaba a Dios El Hijo en nuestro lugar, pero el más grande castigo era cuando Dios abandonaba a su Hijo.
¡Aunque Jesús murió, y fue abandonado por El Padre, al tercer día resucitó! ¡Su tumba está vacía y se ha sentado a la diestra del Padre! ¡Ven al Cristo resucitado y abandónate a El que hay perdón para ti y justificación! ¡Jesús ya pago tu deuda y obedeció para poner a tu cuenta su justicia perfecta!
¿Pero porque tuvo que sufrir tanto derramando su sangre por nosotros? ¿No era suficiente con que nos arrepintamos y Dios nos perdonara del castigo eterno? No. No era suficiente porque si Dios nos perdonara el castigo su justicia quedaría burlada. Por lo tanto para que la justicia de Dios sea honrada y para que Dios mostrase su misericordia a la humanidad era necesario que alguien sea castigado en nuestro lugar derramando sangre, ya que ―Sin derramamiento de sangre no se hace remisión (perdón)‖.
Dios dio a su propio Hijo y Jesús no rehusó ir a la cruz para pagar nuestra deuda.
¡No muera sin ser salvo querido amigo! Cristo ya hizo todo por ti, debes correr a Cristo y abandonarte a El renunciando tus pecados para siempre.
Si crees sinceramente que Cristo te amo y por amor murió por ti, entonces le amaras y le obedecerás. Una vida de desobediencia es señal de que no crees en El. ―La fe es aquello sin lo cual no se puede recibir el evangelio; y el arrepentimiento es aquello sin lo cual no se puede recibir sin fingimiento‖ (Juan Bunyan).
¡Ahora puedes gritar por misericordia ya que se honro la justicia de Dios! ¡Todavía estas a tiempo para hacerlo! ¡No mueras sin ser salvo de esta espantosa condenación! ¡Confía en Cristo como tu salvador y arrepiéntete de tus pecados!
―Ahora Dios está presto a tener piedad de ti; este es un día de misericordia; puedes gritar ahora con el aliento de obtener misericordia. Pero cuando el día de misericordia pase, tus gritos y chillidos de lamento y dolor serán en vano; estarás enteramente perdido y alejado de Dios, como para que nadie se interese en tu bienestar‖ (Jonathan Edwards)
―El vasto mar del sacrificio propio del amor de Jesucristo es tan profundo que pueden hundirse en el todas las montañas de nuestros pecados‖ (Charles Spurgeon).
―Aunque el numero de tus pecados haya sido como la arena del mar y sientas que tus pecados clamen al cielo por venganza, Dios es compasivo y borrara tus pecados. Solo tienes que creer en Cristo. No importa si tus pecados resuenan más alto que tus oraciones, si te acercas a Dios y te abandonas a Él, todo pecado será cubierto por la sangre de Cristo‖ (Anónimo).
El te ama así como estas. No tienes que ganar su amor. Solo tienes que creer en Cristo y arrepentirte de tus pecados y abandonarlos para siempre.
No hay pecado que El no pueda perdonar, Tus pecados no son más grandes que las misericordias de Dios, pensar que Dios no te puede perdonar es un insulto al sacrificio de Cristo. El Señor Jesús te espera con sus brazos abiertos, no rechaces su salvación. Abandónate a Él, pues no hay salvación en que puedas confiar. Solo tienes que abandonarte a Cristo porque El y solo El pagó por tus pecados.
No sabes cuando has de morir, sin embargo vives como si no te pudiera tocar la muerte. Dices que puedes morir en cualquier momento, pero no crees lo que afirmas. Vives como si tuvieras todas las oportunidades y no sabes si esta misma noche te sorprenderá la muerte.
Más o menos cada día mueren 150 mil personas en el mundo. La muerte es segura. Usted un dia morirá, porque ―está establecido que los hombres mueran‖ (Hebreos 9:27). ¡Pecador no muera sin Jesucristo!
Jonathan Edwards escribió: ―La prudencia y el cuidado de los hombres naturales para preservar sus propias vidas, o el cuidado de otros para preservarlos a ellos, no les brinda seguridad en ningún momento… Hay la clara evidencia de que la propia sabiduría de los hombres no es seguridad para ellos cuando están frente a la muerte; si fuera de otra manera veríamos alguna diferencia entre los hombres sabios y políticos y los demás con respecto a su propensión a una muerte temprana e inesperada; pero ¿cómo es esto en los hechos? "También morirá el sabio como el necio" (Ecl.2:16)…La mayoría de esos que hasta ahora han vivido bajo los mismos medios de gracia y han muerto, han ido indudablemente al infierno; la razón no es que ellos no eran tan sabios como los que ahora están vivos; no fue porque no planearon cosas que les aseguraran su escape. Si pudiéramos hablar con ellos, y preguntarles, a uno por uno, si ellos esperaban cuando estaban vivos y cuando oían hablar acerca del infierno que serían objetos de esa miseria, indudablemente escucharíamos uno por uno contestar: "No, yo nunca pretendí venir aquí; había dispuesto las cosas de otra manera en mi mente; pensé haber planeado el bien para mí; proyecté un buen modelo. Intenté tomar un cuidado eficaz; pero vino sobre mí inesperadamente. No lo esperaba en ese momento y de esa manera; vino como un ladrón. La muerte me burló. La ira de Dios fue demasiado rápida para mí. 0h mi maldita insensatez! Me estaba engañando y agradando con sueños vanos acerca de lo que yo haría en el más allá; y cuando me encontraba diciendo, 'paz y seguridad, 'vino sobre mi destrucción repentina" (Pecadores en manos de un Dios airado).
El Millonario Ted Turner, dijo en una entrevista, ―Estoy esperando mi muerte y ser mandado al infierno. Es allí dónde debo estar‖. El ateo Robert Green Ingersoll dijo de la doctrina del infierno: ―No me gusta esta doctrina, la odio, la desprecio, ¡la desafío!‖. Ted Turner y Robert Green Ingersoll son unos necios, no sigas sus caminos, ni sus locuras.
Si rechaza el regalo de vida eterna a través de Jesucristo ¡un día usted estará en el infierno!
¿Ha habido un momento y lugar en su vida, cuando recibió al Señor Jesucristo como su Salvador personal? Si usted no recibió a Jesús como su Salvador, ni se arrepintió de sus pecados, ahora hágalo. Asegúrate de ser salvo, no descanses hasta hallar paz. ¡Hazlo ya, y bautízate en señal de que te has unido a Cristo!
Pero ¿Qué debes de hacer para ser salvo de esta condenación eterna?
RECONOCE QUE ERES UN TERRIBLE PECADOR
Reconoce que has pecado contra Dios antes que con tus semejantes. La biblia dice: ―Reconoce, pues, tu maldad, porque contra Jehová tu Dios has prevaricado, y fornicaste con los extraños debajo de todo árbol frondoso, y no oíste mi voz, dice Jehová‖ (Jeremías 3:13).
Aquel que ha visto todos tus movimientos espera que reconozcas ahora mismo tus pecados. No puedes decir ―No soy pecador‖; porque estarías diciendo que eres perfecto. Si fuera cierto que no has pecado, usted es la primera persona perfecta que existe entre los humanos y deseo tener el privilegio de conocerlo para leer no solo la vida de Jesús en la biblia sino leer también tu vida y aprender de ti.
Si eres un pecador mas como todos los demás, entonces solo debes reconocer que eres lamentable delante de Dios. La biblia dice: ―No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno" (Romanos 3:12).
El pecado consiste en hacer lo que está mal, tanto como no hacer lo que está bien. Es quebrantar también la Ley de Dios (1 Juan 3:4). Es desobediencia. El pecado ofende infinitamente a Dios porque son sus leyes santas las cuales reflejan su carácter las que tú y yo hemos profanado mirando al cielo.
Dios esta diciendo: ―Reconoce, pues, tu maldad‖. Dios quiere que reconozcas que en lo profundo de tu corazón eres un enemigo que está en rebeldía activa y continua contra El. Los hombres ―…pusieron su corazón como diamante, para no oír la ley ni las palabras que Jehová de los ejércitos enviaba por su Espíritu‖ (Zacarías 7:12).
Todos hemos pisoteado los mandamientos de Dios; pero no todos reconocen sus pecados. No esperemos que otros reconozcan sus pecados para hacerlo nosotros.
Dios espera que los hombres reconozcan que han sido vencidos por el pecado y que reconozcan por ello que son ―hijos de desobediencia‖ (Efesios 2:2), ―hijos del infierno‖ (Mateo 23:15), ―hijos del diablo‖ (1 Juan 3:10), ―enemigos de Dios‖ (Éxodo 15:6), ―generación perversa‖ (Deuteronomio 32:5), ―sepulcros blanqueados‖ (Mateo 23:27), ―lobos‖ (Mateo 7:15), ‖desventurados, pobres, ciegos y desnudos‖ (Apocalipsis 3:17).
¡Reconoce que eres un pecador!
El apóstol Pablo dice que ―Todos pecaron‖ (Romanos 3:23) y tu no eres la excepción. El apóstol Juan dice que ―Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros‖ (1 Juan 1:8). En el libro de Isaías se dice: ―Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento‖ (Isaías 64:6).
¡Oh amigo! ¡Eres hostil contra Dios a toda hora! ¡Escupes su rostro y eres un anticristo espiritual que ha vivido enemistado contra Dios infinitamente al desobedecerlo todo el tiempo. Si todos tus vecinos y amigos pudieran ver en una gran pantalla todo lo que has hecho solamente en esta semana, estarías muy avergonzado. ¡Dios ha visto toda tu vida!
¡Que abominables y detestables somos ante los ojos de Dios! ¡Tus pecados y los míos son nuestra ruina y miseria!
No justifiques tus pecados cuando Dios los condena, no los ames cuando Dios los aborrece. Dios está en todo lugar y nada está oculto a sus ojos. Cada pecado cometido es visto por Dios hasta en los más mínimos detalles, dimensiones y colores, aun los pecados mas escondidos. Todo pecado que cometiste no ha pasado sin dejar huella, hasta tus pensamientos y malas intenciones han quedado descubiertas ante aquel que lo escudriña todo. Así como ―Vuestros cabellos están todos contados‖ (Mateo 10:30) vuestros pecados también lo están. ¡El Señor dice ―Tengo en memoria toda su maldad!‖ (Oseas 7:2).
Spurgeon tenía razón cuando decía del pecador que no ha puesto su fe en Cristo como alguien: ―espiritualmente leproso, sucio, desnudo, ni apto para vivir, ni apto para morir tampoco‖.
El pecado hace que nuestras vidas huelan mal y que nuestro corazón este tan oscuro como el infierno.
Sabes que mentiste aun sabiendo que no debías hacerlo. ―En las mentiras también están incluidas las exageraciones. El hecho de permanecer en silencio para recibir crédito falso por algún logro de otra persona es también una mentira. Un sutil cambio de tono, una inflexión o cualquier expresión puede ser tan desorientadora y falta de veracidad como la mentira más osada‖ (Ray Confort).
Tu corazón como el de todos ha sido envidioso. Has deshonrado a tus padres, les has levantado la voz. Algunos hasta han golpeado a los que anuncian el evangelio de Cristo. Hay quienes han hecho abortar a la mujer en cinta. Has tenido dioses ajenos. Tus ídolos fueron los personajes de la televisión, de la música, de los deportes, etc. Hay personas necesitadas y tú gastas el dinero en cosas sin importancia. Las pocas veces que das una ayuda es solo para calmar tu conciencia o por miedo al infierno; pero casi nada
o nada haces por amor. Has tomado el nombre de Dios en vano y como si fuera poco has blasfemado su nombre y luchas contra El. ¿Por qué Dios debería amarte? Sin embargo te ama, y te ha sido paciente.
El menosprecio hacia tus padres y a tu prójimo no ha causado placer a Dios. ¡Jesús dijo que lo que se hace a las personas se lo hacen a Él! ¡Nadie puede por ninguna razón menospreciar a nadie porque todos hemos sido creados por Dios!. Has aborrecido y el que aborrece a su hermano es homicida (1Juan 3:15). ¿Homicida? Si eso lo dice la palabra de Dios. Has maltratado con tus palabras a los demás (Mateo 5:21-22). Tu garganta es un sepulcro abierto (Romanos 3: 13). Tus palabras sucias, malintencionadas y engañosas son la evidencia de ello. Has cometido adulterio (Mateo 5:28) mirando al cielo. Tus ojos vagabundos se han posado en la mujer de tu prójimo y eso te hace también un adultero. Has robado al no pagar impuestos, al dar monedas falsas y billetes falsos. Has consultado a los adivinos, el horóscopo, a los chamanes, a los curanderos, y todos los secuaces de satanás. No ayudaste a los pobres. La vida de otras personas te fue menos importante que el soplo del viento. La mayoría de las veces que ayudaste lo hiciste con el dinero o bienes de otros y solo para aquietar tu conciencia o por miedo al infierno, pero no por compasión. Has hecho soborno. Has practicado la fornicación, el adulterio y otras perversiones. Eres orgulloso, ¡Dios te ve de lejos!. Eres una persona, chismosa, calumniadora y problemática. Eres hipócrita mostrando lo que no eres. ¡Finges tener amor y tener otras virtudes, cuando en ti solo hay un corazón duro y materialista!
Tus pecados y los míos son numerosos. Son como la arena del mar. Ni tú ni yo podemos contarlos. Pero Dios si puede contarlos porque él tiene en memoria toda tu maldad y toda mi maldad. El Señor ha dicho: ―Tengo en memoria toda…maldad‖(Oseas 7:2) y esta airado contigo ―todos los días‖(Salmo 7:11).
Muchas personas decían de míque era un buen joven debido a que no iba a las fiestas, no tomaba bebidas alcohólicas, no me drogaba, no asesinaba y no hacia las cosas malas que otros hacían, pero delante de Dios no era ningún ángel. Para Dios, no es solo pecador el borracho, el asesino, o el drogadicto. Delante de Dios yo era un pecador desgraciado, un sepulcro blanqueado y una serpiente abominable. Mis pecados han sido innumerables, como los tuyos, pero también grandes, grandes en extremo porque contra Dios mismo hemos hecho lo malo. Yo he pecado contra mi conciencia, contra Dios y contra mi prójimo, pero lo reconocí humillado en el polvo y espero que tú hagas lo mismo.
¿Cuántos pecados tienes que cometer para que Dios te llame pecador? ¿crees que si mientes diez veces sonara una campana y Dios te llamara mentiroso? No. Eres un mentiroso por haberlo hecho una sola vez y eres pecador por ello.
¡ira la infinita profundidad de tus pecados, lo pesados que son, lo numerosos que son, lo grandes que son y reconócelos!
No tienes excusa
Dices: ―Dios endureció mi corazón como a Faraón para excusarte. Debo explicar que Dios endureció el corazón de Faraón por medio de los mandamientos y por los castigos que le dio. Los mismos castigos pudieron haberlo hecho reflexionar y dejar su rebelión; pero é no quiso obedecer a Dios y de esta manera es que las personas se endurecen. Cristo mismo es piedra de tropiezo; pero lo es para los que son rebeldes al evangelio. Dios no endurece al que se humilla ante El. Pues lo trae a sus pies a través de pruebas o castigos. No es siempre su método pero lo hace.
Dios no dominó milagrosamente la voluntad de Faraón, haciéndole ser un títere bajo control. Eso solo lo dicen los blasfemos.
El día de Pentecostés tres mil personas recibieron la palabra y se humillaron delante de Dios, pero poco después (Hechos 5:33) la misma palabra de Dios que era para vida endureció a otros: "Ellos, oyendo esto, se enfureció y querían matarlos". ¿puede darse cuenta que el hombre se endurece al oí la palabra de Dios y Dios los endurece cuando se enseña su palabra? ¿pero quién es el culpable? Solamente el que desobedece, nunca Dios. Una vez un amigo me dijo, ―Voy a hacerle amargar a fulano, si le digo que debe de estudiar‖ De hecho decir a alguien que necesite estudiar no es malo, pero las personas orgullosas se amargan y endurecen cuando se les dice que hagan ciertas cosas. De la misma manera Dios endureció a Faraón y a algunas personas todavía lo hace a través de su palabra y a través de milagros y justos castigos. En los días de la Gran tribulación, la biblia dice en el libro de apocalipsis que cuando Dios envió algunos juicios a la tierra, algunos pecadores ni aun con eso se arrepintieron. Esto muestra que Dios esperaba que se arrepintiesen en lugar de endurecerse. ¿tiene Dios la culpa de que con sus justos castigos la gente se endurezca? ¿tiene la culpa Dios cuando la gente oye su palabra y ellos se enfurecen? Claro que no, entonces no hay excusas.
Además quienes rechazan a Dios, por justicia, deben de ser entregados a un poder engañoso en el que satanás trabaja. Si leemos a Pablo, podemos sacar esta conclusión. ―Con toda perversidad engañará los que se pierden por haberse negado a amar la verdad y así ser salvos. Por eso Dios permite que, por el poder del engaño, crean en la mentira. Así será condenados todos los que no creyeron en la verdad sino que se deleitaron en el mal‖(2 Tesalonicenses 2:10-12, Nueva versión internacional).
Dios permite que espíritus de engaño hagan su obra en personas rebeldes (Véase 1 Reyes 22:23).
Dices: ―Mi corazón es engañoso por naturaleza‖ ¿á excusas? Déjeme decirle que tú decidiste engañarte. El corazón está compuesto por voluntad, mente y sentimientos. Tú decidiste engañarte queriendo creer lo malo como bueno y ahora te sientes perdido teniendo tantas confusiones; pero el culpable eres tú Si por naturaleza tu corazón te engaña entonces no habría necesidad de que satanás te engañe, pero es sabido que quien engaña es satanás y sus demonios.
Que el corazón sea muy fácil de engañar no significa literalmente que tu corazón por naturaleza sea engañoso. Muchos leemos en el libro de Jeremías y ponemos como excusa, ―Mi corazón es engañoso y nos olvidamos que un
corazón engañoso es el resultado de la propia voluntad. Santiago 1:26 declara: ―Si alguno se cree religioso, pero no pone freno a su lengua sino que engaña a su propio corazón, su religión es vana‖.
El corazón es fácil de engañar, es por eso que todos deben de ser vigilantes en su vida cristiana. Supongamos que un hombre se excusara ante los demás y les dijera: ―No puedo dejar de mentirles y dejar de insultarles porque mi corazón es engañoso, lo siento; pero es que así nací. ¿No sería un desvergonzado?
¡Si tal persona no tiene excusa tampoco tú!
Dices: ―Mi naturaleza es pecaminosa‖. Esa es otra excusa más. Tanto si tu naturaleza tiende al mal o no, eso no significa que tus pecados están justificados. Las leyes de Dios fueron dadas para que cierres tu boca (Romanos 3:19); pero tú la has abierto para dar excusas.
Recuérdese que en Romanos 2:14, ―los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley‖. Y esto no era malo. También leemos en 1 corintios 11:14 que ―La naturaleza misma ¿no os enseña que al varón le es deshonroso dejarse crecer el cabello?‖. Esto tampoco es malo, para Pablo al menos no era malo. Muchas cosas se pueden hacer según nuestra naturaleza y no son pecaminosas. Charles Finney dice: ―Los apetitos, las pasiones, los deseos, y las propensiones, no son pecaminosos, aunque son ocasiones para pecar‖.
La culpa del Pecado
Tus pecados son más graves debido al conocimiento que tienes de la voluntad de Dios. Los siguientes textos muestran esta verdad: ―¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque edificáis los sepulcros de los profetas, y adornáis los monumentos de los justos, y decís: Si hubiésemos vivido en los días de nuestros padres, no hubiéramos sido sus cómplices en la sangre de los profetas. Así que dais testimonio contra vosotros mismos, de que sois hijos de aquellos que mataron a los profetas. ¡Vosotros también llenad la medida de vuestros adres! ¡Serpientes, generación de víboras! ¿Cómo escaparéis de la condenación del infierno? Por tanto, he aquí yo os envío profetas y sabios y escribas; y de ellos, a unos mataréis y crucificaréis, y a otros azotaréis en vuestras sinagogas, y perseguiréis de ciudad en ciudad para que venga sobre vosotros toda la sangre justa que se ha derramado sobre la tierra, desde la sangre de Abel el justo hasta la sangre de Zacarías hijo de Berequías, a quien matasteis entre el templo y el altar. De cierto os digo que todo esto vendrá sobre esta generación‖ (Mateo 23:29-36).
De nada te sirve honrar a los profetas o siervos de Dios que sufrieron por la justicia, ni busques identificarte con ellos para tener buena reputación, si rechazas las enseñanzas santas de Cristo y los profetas.
Al rechazar a Cristo y la biblia tal como está, das testimonio contra ti y eres cómplice con el pecado de otros teniendo el conocimiento de que no debes hacer lo malo. Eres más culpable por esto.
"Los hombres hacen propia la culpabilidad de los siglos pasados, reproducen sus atrocidades, se identifican con ella; y así es que lo que parece al principio un decreto arbitrario, el visitar sobre los hijos los pecados de los padres, viene a ser en semejantes casos un juicio recto. Si se arrepienten cortan el terrible vínculo de pecado y castigo; pero si se endurecen en su mal, heredan el castigo aplazado de los pecados de su padres a la vez que el suyo propio" (Plump).
―Aquel siervo que conociendo la voluntad de su señor, no se preparó, ni hizo conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes. Mas el que sin conocerla hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco; porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará; y al que mucho se le haya confiado, más se le pedirá‖ (Lucas 12:47-48).
Si eres de las personas que leen la biblia todos los días y no la obedeces te vuelves mas culpable. Y si no la lees sabiendo que debes de leerla para conocer la voluntad de Dios y su salvación te vuelves más culpable.
Tus pecados son más graves debido a los eventos que suceden.
Los sufrimientos, las pruebas, enfermedades y las desilusiones son los llamados de Dios a tu vida para que reflexiones. Sin embargo te endureces y amargas sin rendirte a Cristo. ¿Para hacer lo malo te vuelves valiente? Esto te hace más culpable.
La salud, riqueza, y educación deben llevarte a amar a Dios. Pero eres desagradecido y persistes en pisotear las leyes de Dios. Esto te hace más culpable.
Los riesgos de muerte debieron haberte hecho reflexionar; sin embargo sigues pisoteando la ley de Cristo, esto te hace más culpable. ―Algunas veces permite que las vidas de los hombres pasen por grandes riesgos a fin de que se hallen a un paso de la muerte; como si en este movimiento de su providencia hubiera un clarinazo que les advirtiera que se aproxima su sentencia‖ (Charles Finney).
¿Qué mas esperas que Dios haga por ti? Dios no está obligado a hacer más por ti. Pero todavía te habla y te dice que hay perdón.
Si Dios te hablo en sueños del juicio venidero y te mostro algo de él para impedirte que peques y no consideras los esfuerzos de Dios para salvarte y vives como un loco por el pecado que da rienda suelta a sus apetitos carnales, te vuelves más culpable.
Charles Finney escribió sobre esto: ―Un ejemplo notable de un sueño en que se podía ver la mano del Señor fue relatado por el Pastor Edwards. Uno de sus vecinos, un hombre disoluto, soñó que iba a morir e iría al infierno. No voy a entrar en circunstancias de lo que según el sueño ocurrió allí. Basta con decir que en el sueño consiguió permiso para regresar durante un año a la tierra para ser probado, y se le dijo claramente que si no se reformaba, dentro de un año debería regresar al infierno. Al levantarse, y bajo la terrible impresión del sueño decidió ir a visitar a su pastor, Mr. Edwards, aquella misma mañana. Edwards le dijo: ―Éste es un solemne aviso de Dios para su alma. Usted debe hacercaso del aviso y abandonar sus pecados o su alma se perderá por toda la eternidad.‖ El hombre prometió solemnemente que lo haría. Al retirarse el hombre, Edwards escribió en su diario los pormenores de la conversación y naturalmente la fecha del suceso. El borracho reformó su conducta y todo fue bien durante un tiempo; asistió a la iglesia y parecía serio en su propósito, pero antes de poco volvió a las andadas: empezó otra vez a emborracharse. Un día, estando borracho, se cayó escaleras abajo en su tienda y se fracturó el cuello. Mrs. Edwards fue a consultar su diario y halló que hacía un año aquella misma noche que el hombre había tenido el sueño. Había sido emplazado y el momento de rendir cuentas había llegado. No hay duda de que en general los sueños están bajo el control de leyes psicológicas, y siguen, aunque con mucha irregularidad, el curso de nuestras fantasías despiertos, y por esta razón muchas personas no creen que la mano del Señor obre en ellos; con todo, esta opinión no es del todo legítima, pues Dios puede, sin duda, poner su mano sobre la mente que sueña así como sobre la mente despierta, y en muchos casos se muestra que lo ha hecho‖.
A menudo el Espíritu de Dios da a los pecadores una visión impresionante de lo corto del tiempo.
Charles Finney escribió: ―Les hace sentir que esta gran verdad se aplica con todo poder a ellos, que su propio tiempo es corto y que con toda probabilidad no tienen mucho más tiempo de vida‖. Pero ni siquiera esto consideraste, eso te hace más culpable.
A veces Dios produce la impresión de que el presente es la última oportunidad del pecador para asegurar su salvación.
Charles Finney escribió: ―No sé cuántos casos de éstos han sido observados por mí. Casos en que los pecadores han sentido profundamente que aquella es la última oferta de misericordia y los últimos esfuerzos que hace el Espíritu a su favor. Mi observación me ha enseñado en estos casos a esperar que el resultado comprobará que era un aviso, que no se trata sino de la voz de Dios, y que Dios no miente al hombre, sino que le enseña la verdad de modo solemne e impresionante. ¡Oh, cuánto le conviene al pecador escuchar y hacer caso de estos avisos a tiempo!‖
¿Es tu última oportunidad? ¿No será grave tu pecado si no haces caso a Dios siendo que te desea salvación en lugar de condenación?
Las oraciones, vidas rectas y lágrimas inconsideradas te hacen más culpable.
Has desobedecido a Dios sabiendo que hay personas que se preocupan por tu eternidad. Esto también te hace más culpable. ¿Por qué seguiste el pecado cuando tus amigos, esposa, hermanos te dijeron afectuosamente que abandones el pecado?
―Todos los medios que está usando para salvarte están obrando solo para mal para ti. Dios los usa para bien; pero tú te maldecirás a ti mismo por los mismos medios por los que Dios intenta bendecirte‖ (Charles Finney).
Ni los milagros que Dios hace en ti, en tu familia, en tus amigos y vecinos captaron tu atención.
―Ay de ti, Corazín! Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que han sido hechos en vosotras, tiempo ha que se hubieran arrepentido en cilicio y en ceniza. Por tanto os digo que en el día del juicio, será más tolerable el castigo para Tiro y para Sidón, que para vosotras. Y tú, Capernaúm, que eres levantada hasta el cielo, hasta el Hades serás abatida; porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que han sido hechos en ti, habría permanecido hasta el día de hoy. Por tanto os digo que en el día del juicio, será más tolerable el castigo para la tierra de Sodoma, que para ti‖ (Mateo 11:21-24).
Dios hizo todo lo posible para captar tu atención y atraerte a sus pies. ¿Cómo podrás excusarte en el día del juicio? Esto te hace más culpable que los habitantes de Tiro, Sidón y Gomorra.
El pecado es algo que se enseña por medio de la práctica y te hace más culpable.
Cuando una persona peca contra Dios es visto por otros y hace que imiten otros lo que haces. Eso te hace más culpable. Tu testimonio es malo y otros lo imitaran.
Has aprendido a pecar y de manera sagaz has aprendido a vivir sin culpa alguna.
Dios ha visto las formas de ayudarte a no pecar; pero tú has visto de muchas formas como podías pecar aun cuando había impedimentos. Te las ingeniaste para pecar, has visto la forma de manipular, mentir y tratar mal a los demás y conseguir egoístamente lo que tus apetitos deseaban satisfacer. Dios no se ha olvidado de todo esto. Pero no solo eso, sino que te sientes tranquilo cuando pisoteas la ley de Dios y te gustaría oír a algún predicador que justificase tus actos dándole interpretaciones a la biblia que se acomoden a tu carnalidad con el fin de no sentirte culpable.
¿Cómo puedes tener tanto pecado en tu corazón y no sentirte culpable?
Los esfuerzos del Dios bondadoso han sido tantos, ¡no se qué más se puede hacer por ti!
Tú puedes conocer la gravedad de tu pecado.
No en su totalidad, pero si puedes ver lo grave que es el pecado, lo suficiente para arrepentirte. En realidad eres peor pecador de lo que crees ser. Charles Finney dice: ―Ningún ser humano puede vivir al ver la dimensión real de sus pecados. En su misericordia Dios no permite a sus criaturas ver lo peor, el corazón desnudo del ser humano. La culpa del pecador es mucho mayor de lo que jamás pueda pensar, y su peligro mayor de lo que supone. Si los viera tal y como son, no sobreviviría ni un momento‖.
Cuando una persona permite que Dios lo examine (Salmo 139:23) poniendo la biblia frente a sus ojos, se puede dar cuenta de su verdadero carácter y lo espantoso que es el pecado.
Si Vieras la santidad de Dios y Él te viera gritarías: ―hay de mí que soy hombre muerto, porque he visto la santidad y la santidad ha visto pecado‖. Dios en su misericordia nos permite solo conocer su Santidad por la Revelación bíblica porque de otra manera podríamos morir. Dios permitió a algunos ver su Gloria Santa, pero siempre tuvieron pánico por haber visto la santidad de Dios. Ojala tengas la dicha de conocer la santidad de Dios de cualquier manera sin que tengas que morir y te arrepientas de todo tu pecado. Lee la biblia y reconoce que eres pecador de todo tu corazón.
Cada día que vives y respiras pecando sin arrepentirse añades castigo para ti. Romanos 2:5 dice: "Mas por causa de tu terquedad y de tu corazón no arrepentido, estás acumulando ira para ti en el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios".
RECONOCE QUE EL CASTIGO JUSTO POR TUS PECADOS ES EL CASTIGO ETERNO
El pecado te ha deslumbrado, pero no te ha mostrado las consecuencias. Charles Finney declaro: ―Ninguna pena menor que infinita puede ser una expresión adecuada del desagrado de Dios contra el pecado y de su decisión a resistirlo y castigarlo‖.
"Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda‖ (Apocalipsis 20:8).
El castigo eterno es terrible, pues Dios te dejara en vergüenza y estarás confundido perpetuamente (Daniel 12:2). Este lugar es un lago de fuego (Apocalipsis 19:20; 20:15). Estarás atormentado en llamas (Isaías 66:24). Este fuego nunca se apaga (Mateo 3:12; Marcos 9:43). Es un tormento eterno (Mateo 25:46). Estarás perdido (1Tesaloniocenses 1:9). Estarás excluido de la presencia de Dios (2 Tesalonicenses 1:9) sufriendo la pena eterna.
¡Oh amigo! ¡La paga por tu pecado es la desgracia sin fin!
Jonathan Edwards escribió: ―No habrá fin para esta aguda y horrible miseria. Cuando mires hacia delante, veras un largo para siempre, una duración infinita ante ti, la cual tragara tus pensamientos, y sorprenderá tu alma; y estarás absolutamente desesperado de no tener liberación‖.
¡Cuán horrible es nuestra culpa y cuan terrible nuestro castigo!
―El dios débil indulgente que se pasa el tiempo perdonando los mas groseros pecados sin que su justica intervenga jamás, es, en realidad, un ídolo. Es un dios falso, por aquellos que viven y se complacen en sus pecados, con un desconocimiento absoluto del Dios de la biblia. La escritura nos revela a Aquel que es a la vez Dios de amor y Dios de santidad. En su amor el Padre ha entregado a su hijo para salvarnos. Pero el que desprecia su amor, conocerá el fuego terrible de su justicia. Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo (Hebreos 10:26-31) La historia de la humanidad en general y la de Israel en particular, muestran como los juicios de Dios son terribles. Aquel que hirió a las generaciones del diluvio, de Sodoma, de Egipto, de Babilonia, de Jerusalén, no es desde luego el ―buen dios‖. Es simplemente, el Dios que ha tratado, con un amor y una paciencia incomprensibles, de salvar a todas sus criaturas, reservándose el derecho de dar cumplimiento un día a sus advertencias‖ (René Pache).
Y mis buenas obras ¿Qué de ellas? ¿No me pueden salvar de este terrible castigo?
No amigo, no te pueden salvar. Has hecho obras que ―son buenas‖ pero con malas motivaciones, por eso para Dios nuestras ―buenas obras‖ son obras malas.
Si fuesen todas tus obras puras y sin contaminación, tampoco podrías ser salvo, porque has pecado. Las buenas obras por muy santas y numerosas que fueren no quitan el pecado.
No te sirve de nada decir que has hecho más bien que mal. Lo que tienes que probar a Dios para ser salvo del castigo eterno es que nunca has pecado, ni siquiera una vez. Tienes que demostrar a Dios que eres perfecto y que has obedecido toda la ley hasta la última tilde. Solo cuando demuestres esto serás salvo por tus meritos.
De nada te sirve que seas el premio nobel de la paz, que hayas salvado la vida a diez mil personas o que hayas vendido todos tus bienes y se los hayas dado a los pobres. Tu pecado exige y grita al cielo pidiendo castigo, no importando si para ti es un pecadillo. Dios es el que dice que el castigo eterno es la paga justa por el pecado.
Si no estás recibiendo castigo eterno es porque Dios misericordiosamente ha postergado el día de la ejecución ¡nada más!. Desde el momento en que hemos pecado deberíamos de haber sido separados de la presencia de Dios recibiendo castigo eterno, pero en su misericordia Dios nos deja vivos. ―Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad‖ (Lamentaciones 3:22-23).
―El que en El cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios‖ (Juan 3:18).
¡Pero querido amigo hay buenas noticias!
JESUS CANCELÓ NUESTRAS DEUDAS EN LA CRUZ CUANDO MURIÓ EN NUESTRO LUGAR PARA QUE NO TENGAMOS QUE PAGARLAS Y RESUCITO AL TERCER DIA VICTORIOSO
¡Nuestro señor Jesús cancelo tus deudas! ¡Estas son buenas noticias! ¡Puedes ser salvo de la condenación eterna!
Todos los que creen en Jesucristo como su salvador (Juan 1:12; 3:16; 5:24; Hechos 16:31) llegan a ser salvos de recibir el castigo eterno. El creer en Jesús como el salvador no es meritorio pero es necesario para ser salvos de la condenación eterna. Ni el arrepentimiento ni la fe en Cristo son meritorios. Nada te gana la salvación del castigo eterno,
pero debes de arrepentirte y tener fe en el Cristo que pago tus pecados en la cruz.
Para ser salvos del castigo eterno no podemos hacer meritos. Podemos arrepentirnos y tener fe en Cristo, pero si pensamos que nos merecemos la salvación por esto, entonces no podemos ser salvos, la salvación es gratis. Solo la recibes por fe con un corazón arrepentido. Pero nada de esto es meritorio.
¿Qué significa creer en Cristo?
Creer en Jesús es confiar (reconociendo nuestra impotencia para salvarnos) en que El ha pagado la multa por nuestros pecados y ha practicado la obediencia para ponerla en nuestra cuenta.
Cuando crees en Cristo, Dios te imputa su justicia. En Romanos 5:12, 14, 18, 19 leemos: ―12 Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. 14 No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la transgresión de Adán, el cual es figura del que había de venir. 18 Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida. 19 Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos‖. (Vease también Romanos 4: 11).
―Por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos‖. Esta parte del texto que hemos citado nos dice que ―por la obediencia de uno‖, el cual es Cristo, ―los muchos‖, es decir los que creen en Cristo, serán constituidos justos.
La obediencia de Cristo, es decir su justicia, se nos acredita, se pone a nuestra cuenta cuando creemos en El. Cuando creemos en Cristo Dios nos declara justos por la obediencia de Cristo.
Juan Bunyan dijo: ―Un día, mientras paseaba por el campo, esta oración derribó mi alma. La justicia de Dios está en el cielo. Y me pareció, además, ver con los ojos de mi alma a Jesucristo a la diestra de Dios, en ese momento, dije: él fue mi justicia; así que donde quiera que yo esté o cualquier cosa que esté haciendo, Dios no puede decir de mí: «A él le falta mi justicia»; porque la justicia de Dios está siempre delante de mí. También vi, por otra parte, que no era la buena disposición de mi corazón la que determinaba que mi justicia fuera mejor, ni tampoco era mi mala disposición la que determinaba que mi justicia fuera peor, sino que mi justicia era el mismo Jesucristo, ―Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por los siglos‖ (Hebreos 13:8). Ahora sí se rompieron las cadenas de mis pies. Ahora sí fui liberado de mis aflicciones y grilletes; ahora sí desaparecieron mis tentaciones;…regreso a casa regocijándome en la gracia y el amor de Dios‖ (John Bunyan, Grace Abounding to the Chief of Sinners, [Hertfordshire: Evangelical Press, 1978, orig. 1666], pp. 90-91).
―Pero tengamos cuidado de que no perdamos la clara e inevitable implicación de este término. Si yo digo "Voy a los Estados Unidos de América del Norte", entonces necesariamente estoy indicando que yo dejé otro país para llegar allí. Venir a Cristo no involucra únicamente el abandono de todo objeto falso de confianza, también incluye el abandono de todos los demás competidores de nuestro corazón…En su libro "Ven y Bienvenido seas a Jesucristo", John Bunyan escribió: El "Venir a Cristo" está asistido con un honesto y sincero abandono de todo por El‖ (Arthur Pink).
La muerte de Jesús fue un sacrificio por nuestros pecados.
Antes de ser crucificado en la cruz Jesús sudo sangre. ―y se le apareció un ángel del cielo para fortalecerle. Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra…‖ (Lucas 22:43-44). Esta condición es conocida en la medicina como ―hematohidrosis‖ (sudor de sangre). Este fenómeno es muy raro, pero perfectamente documentado y que ocurre en condiciones excepcionales. El Dr. Le Bec escribe: ―Es un agotamiento físico,…consecuencia de una emoción profunda, de un miedo atroz‖ (Le supplice de la Croix, Paris, 1925).
El pagó por nuestros pecados, recibiendo nuestro castigo para que nosotros no tuviéramos que pagarlos. ―Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados‖ (Isaías 53:5).
Jesús llevo nuestros pecados en su cuerpo (1 Pedro 2:24) sufriendo la fatal condena por nosotros. El fue azotado y crucificado (Mateo 27:26), fue desfigurado su rostro (Isaías 52:14).
El azote con el que le flagelaron fue el horrible flagellum taxillatum, compuesto básicamente de un bastón con tiras de cuero. Cada punta de cada tira se encontraba llena de pedazos de hueso y de plomo.
Jesucristo no solo fue castigado duramente, sino que El Padre lo desamparo. "Y desde la hora sexta hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena. Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Eli, Eli, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?" (Mateo 27:45-46).
Era como si Dios el Padre rechazaba a Dios el Hijo. Dios El Padre castigaba a Dios El Hijo en nuestro lugar, pero el más grande castigo era cuando Dios abandonaba a su Hijo.
¡Aunque Jesús murió, y fue abandonado por El Padre, al tercer día resucitó! ¡Su tumba está vacía y se ha sentado a la diestra del Padre! ¡Ven al Cristo resucitado y abandónate a El que hay perdón para ti y justificación! ¡Jesús ya pago tu deuda y obedeció para poner a tu cuenta su justicia perfecta!
¿Pero porque tuvo que sufrir tanto derramando su sangre por nosotros? ¿No era suficiente con que nos arrepintamos y Dios nos perdonara del castigo eterno? No. No era suficiente porque si Dios nos perdonara el castigo su justicia quedaría burlada. Por lo tanto para que la justicia de Dios sea honrada y para que Dios mostrase su misericordia a la humanidad era necesario que alguien sea castigado en nuestro lugar derramando sangre, ya que ―Sin derramamiento de sangre no se hace remisión (perdón)‖.
Dios dio a su propio Hijo y Jesús no rehusó ir a la cruz para pagar nuestra deuda.
¡No muera sin ser salvo querido amigo! Cristo ya hizo todo por ti, debes correr a Cristo y abandonarte a El renunciando tus pecados para siempre.
Si crees sinceramente que Cristo te amo y por amor murió por ti, entonces le amaras y le obedecerás. Una vida de desobediencia es señal de que no crees en El. ―La fe es aquello sin lo cual no se puede recibir el evangelio; y el arrepentimiento es aquello sin lo cual no se puede recibir sin fingimiento‖ (Juan Bunyan).
¡Ahora puedes gritar por misericordia ya que se honro la justicia de Dios! ¡Todavía estas a tiempo para hacerlo! ¡No mueras sin ser salvo de esta espantosa condenación! ¡Confía en Cristo como tu salvador y arrepiéntete de tus pecados!
―Ahora Dios está presto a tener piedad de ti; este es un día de misericordia; puedes gritar ahora con el aliento de obtener misericordia. Pero cuando el día de misericordia pase, tus gritos y chillidos de lamento y dolor serán en vano; estarás enteramente perdido y alejado de Dios, como para que nadie se interese en tu bienestar‖ (Jonathan Edwards)
―El vasto mar del sacrificio propio del amor de Jesucristo es tan profundo que pueden hundirse en el todas las montañas de nuestros pecados‖ (Charles Spurgeon).
―Aunque el numero de tus pecados haya sido como la arena del mar y sientas que tus pecados clamen al cielo por venganza, Dios es compasivo y borrara tus pecados. Solo tienes que creer en Cristo. No importa si tus pecados resuenan más alto que tus oraciones, si te acercas a Dios y te abandonas a Él, todo pecado será cubierto por la sangre de Cristo‖ (Anónimo).
El te ama así como estas. No tienes que ganar su amor. Solo tienes que creer en Cristo y arrepentirte de tus pecados y abandonarlos para siempre.
No hay pecado que El no pueda perdonar, Tus pecados no son más grandes que las misericordias de Dios, pensar que Dios no te puede perdonar es un insulto al sacrificio de Cristo. El Señor Jesús te espera con sus brazos abiertos, no rechaces su salvación. Abandónate a Él, pues no hay salvación en que puedas confiar. Solo tienes que abandonarte a Cristo porque El y solo El pagó por tus pecados.
No sabes cuando has de morir, sin embargo vives como si no te pudiera tocar la muerte. Dices que puedes morir en cualquier momento, pero no crees lo que afirmas. Vives como si tuvieras todas las oportunidades y no sabes si esta misma noche te sorprenderá la muerte.
Más o menos cada día mueren 150 mil personas en el mundo. La muerte es segura. Usted un dia morirá, porque ―está establecido que los hombres mueran‖ (Hebreos 9:27). ¡Pecador no muera sin Jesucristo!
Jonathan Edwards escribió: ―La prudencia y el cuidado de los hombres naturales para preservar sus propias vidas, o el cuidado de otros para preservarlos a ellos, no les brinda seguridad en ningún momento… Hay la clara evidencia de que la propia sabiduría de los hombres no es seguridad para ellos cuando están frente a la muerte; si fuera de otra manera veríamos alguna diferencia entre los hombres sabios y políticos y los demás con respecto a su propensión a una muerte temprana e inesperada; pero ¿cómo es esto en los hechos? "También morirá el sabio como el necio" (Ecl.2:16)…La mayoría de esos que hasta ahora han vivido bajo los mismos medios de gracia y han muerto, han ido indudablemente al infierno; la razón no es que ellos no eran tan sabios como los que ahora están vivos; no fue porque no planearon cosas que les aseguraran su escape. Si pudiéramos hablar con ellos, y preguntarles, a uno por uno, si ellos esperaban cuando estaban vivos y cuando oían hablar acerca del infierno que serían objetos de esa miseria, indudablemente escucharíamos uno por uno contestar: "No, yo nunca pretendí venir aquí; había dispuesto las cosas de otra manera en mi mente; pensé haber planeado el bien para mí; proyecté un buen modelo. Intenté tomar un cuidado eficaz; pero vino sobre mí inesperadamente. No lo esperaba en ese momento y de esa manera; vino como un ladrón. La muerte me burló. La ira de Dios fue demasiado rápida para mí. 0h mi maldita insensatez! Me estaba engañando y agradando con sueños vanos acerca de lo que yo haría en el más allá; y cuando me encontraba diciendo, 'paz y seguridad, 'vino sobre mi destrucción repentina" (Pecadores en manos de un Dios airado).
El Millonario Ted Turner, dijo en una entrevista, ―Estoy esperando mi muerte y ser mandado al infierno. Es allí dónde debo estar‖. El ateo Robert Green Ingersoll dijo de la doctrina del infierno: ―No me gusta esta doctrina, la odio, la desprecio, ¡la desafío!‖. Ted Turner y Robert Green Ingersoll son unos necios, no sigas sus caminos, ni sus locuras.
Si rechaza el regalo de vida eterna a través de Jesucristo ¡un día usted estará en el infierno!
¿Ha habido un momento y lugar en su vida, cuando recibió al Señor Jesucristo como su Salvador personal? Si usted no recibió a Jesús como su Salvador, ni se arrepintió de sus pecados, ahora hágalo. Asegúrate de ser salvo, no descanses hasta hallar paz. ¡Hazlo ya, y bautízate en señal de que te has unido a Cristo!
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